Literatura 6º año
Profesora María Pedragosa
Maldonado, 2009.
GUÍA DE ESTUDIO 1
Romanticismo, parnasianismo y simbolismo.
Autor: Charles Baudelaire.
Obra: Las flores del mal.
Poemas: "Al lector", "Una carroña", "Perfume exótico".
Romanticismo
Ubicación:
· Surge a fines del siglo XVIII y principios del XIX.
· Se inicia en los países nórdicos (Alemania e Inglaterra) y luego se extiende por toda Europa.
Antecedentes:
· Pre-romanticismo: Francia (Diderot y Rousseau)
· Sturm und Drang: Alemania (Göethe y Schiller)
Caracterización:
· Como movimiento cultural y artístico es vasto y de naturaleza contradictoria, razón por la cual se vuelve difícil sintetizar los elementos definidores.
· Abarca todas las artes: música, pintura, escultura, literatura, etcétera.
· Además de una posición estética, constituye una postura frente a la vida.
· Surge como reacción contra el clasicismo: lo clásico se identifica con el orden y la razón; lo romántico, con la exaltación de sentimientos.
· La concepción de la naturaleza está impregnada del panteísmo de Spinoza: se trata de una naturaleza animada, habitada. Basado en el principio de un organismo vital único que adquiere diferentes formas, el romántico piensa la naturaleza y la obra de arte como una analogía. La naturaleza es simbólica y, al pensarla como un lenguaje, el poeta se convierte en un descifrador.
· "Un poema yace encerrado en la naturaleza como secreta y misteriosa cifra". Hay un intento de recrear en la poesía el lenguaje primitivo, originario de la naturaleza.
· El conocimiento romántico está impregnado por la obsesión de una pérdida y al mismo tiempo, por la intuición o esperanza de acceder a un saber absoluto, infinito: no acepta límites.
· Sentido de la poesía: es conmoción del ser y busca conmover al otro. Las poéticas románticas hablan de la poesía como éxtasis, como visitación. El poeta es alguien ajeno, alienado, en contacto con lo irracional. Esta vivencia de embriaguez, exaltación lo conduce a una vida desbordante, ardiente y sombría. Surge el concepto de lo meteórico: la poesía como una llamarada que se extingue; de ahí el cultivo de lo fragmentario.
· El romántico cultiva lo inefable, la página en blanco, la atracción por lo no dicho que se deja entrever, lo sugerente.
· Vinculada con esta vivencia mágica de la poesía, ésta se presenta como algo primitivo en un doble sentido: de arte popular y de arte infantil.
· El sueño, el elemento onírico se torna fundamental.
· El rechazo de la civilización, de la máquina se expresa en esta búsqueda de la anti-cultura.
· La sensibilidad romántica está marcada por una tendencia a lo agónico. Esta tendencia sumada a la atracción por lo raro, misterioso y lo horrible, grotesco se constituye casi como la filosofía de la enfermedad.
· Existe una negación de lo ordinario, de lo normal y un rechazo, en lo formal, por lo acabado, terminado. Se evidencia el culto por la belleza medusea, por la cabeza de Medusa donde belleza y fealdad no pueden divorciarse. El poetizar los aspectos de lo horrible, enfermo y patológico era considerado antes del romanticismo como anti-estético.
· El sentimiento de melancolía, de voluptuosidad en el dolor es un sentimiento romántico por excelencia. "La vida es una enfermedad del espíritu" decía Novalis.
· Se destaca la nostalgia, el anhelo que no se satisface nunca: la búsqueda de lo absoluto simbolizada en la flor azul de Novalis.
· El sentido del tiempo: es un tiempo de fuga, huida, retraimiento. Se opera una valoración intensa del sentido de lo histórico como algo evolutivo, como un devenir, como un cambio incesante. Hay una fuga hacia el pasado y un descubrimiento de la sensibilidad del pasado.
· Se da una exaltación del pasado y de lo nacional. Se idealiza
· Individualismo: se reivindica la separación entre el individuo y la sociedad; las cosas pasan por el "yo" y el arte se vuelve introspección y confesión.
· Pesimismo: el poeta se siente incomprendido por esa sociedad que lo rechaza.
· Aportó el concepto de libertad en la vida y en el arte (formas abiertas).
· Se destaca el predominio de la imaginación y el sentimiento sobre la razón.
Para romanticismo en Francia consultar Baudelaire, Las flores del mal, Selección, traducción y comentarios: Edmundo Gómez Mango, Montevideo, Ediciones de
Parnasianismo
· Es una corriente poética de origen francés.
· Nace a partir de la publicación de una antología: Parnaso Contemporáneo (1866) donde editan sus obras poetas como Teophile Gautier, Leconte de Lisle, etcétera.
· Surge como una reacción anti-romántica.
· Reaccionan contra el subjetivismo, el excesivo culto del "yo" y el descuido formal en que había caído el romanticismo.
· Sin embargo toman algunos elementos del mismo, por ejemplo, el gusto por lo exótico y lo pintoresco.
· El ideal parnasiano es una poesía que se asemeje a la pintura y a la escultura, que tenga forma, color y relieve.
· Practican una poesía impersonal, objetiva, sin sentimentalismo, una poesía que tiende a la descripción colorista.
· Impulsan el culto formal; son esteticistas, se interesan por las formas y no por los contenidos. Como creadores de la teoría del "Arte por el arte" sostienen que el arte no debe presentar ningún elemento extra-artístico como lo social, lo político o lo religioso.
· Esta tendencia se agota en sí misma y deja paso a fines del siglo XIX al simbolismo.
Simbolismo
· Surge en Francia hacia 1885.
· Reacciona frente a la impersonalidad de la lírica parnasiana.
· Hay un retorno a la subjetividad romántica pero sin caer en el culto del "yo".
· Su fundador Paul Verlaine marca, en su Arte Poética, las coordenadas. Sus principales representantes fueron Arthur Rimbaud y Stephan Mallarmé.
· "La música ante todo" dirá Verlaine: se destacan el efecto sonoro y el ritmo del verso.
· Se crea el verso impar: breve, concreto, rítmico y musical.
· Se le atribuye singular importancia a los símbolos.
· Detrás de la realidad sensible existe una realidad oculta que es necesario descubrir. El hombre común no lo puede realizar, necesita del poeta. El poeta se convierte en un descifrador de símbolos que devela el lado oculto de las cosas.
· La poesía no puede perder su carga de misterio y magia. Y, para que esto no suceda, sugerir e insinuar más que decir deviene un postulado simbolista.
· La palabra tiene una capacidad evocadora que debe ser explotada por el poeta.
· La belleza es un ideal que se supera y el poeta busca la superación.
· Mallarmé se relaciona con la posición de Platón al considerar al arte como inspiración. Habría una "cadena de inspirados" cuyo primer eslabón sería el poeta y el último el lector. El lector al decodificar el poema participa del fenómeno poético. Se pretende que el lector reciba conjuntamente con el poema un estado de ánimo. "Evocar un objeto para provocar un estado de ánimo y evocar un estado de ánimo para llegar a un objeto" sostendrá Mallarmé.
Las flores del mal: composición, sentido y estructura
"Constituyen una encrucijada poética donde convergen las grandes temáticas románticas, el culto formal de la belleza del parnasianismo y de donde parte la concepción simbolista de la poesía." (Gómez Mango, op. cit. p.14)
· 1857: 1ª ed.
· 1846: en "Le Salon" anuncia la aparición de Las lesbianas, título que busca escandalizar más que reflejar su contenido
· 1848: en "El eco" vuelve a mencionar su libro pero con un nuevo título, Los Limbos, que marca mejor su carácter católico. Al limbo van las almas no bautizadas y que no merecen el Infierno. En Baudelaire es también el reino del tedio del "spleen", donde la noción del tiempo se vuelve obsesión paralizante.
· 1851: con la lectura de Poe desarrolla el desprecio por el progreso y la idea de que la belleza puede encontrarse en lo repulsivo y en el mal. Su propia experiencia lo hace conocer la perversidad del hombre y su inclinación al mal y al vicio. Llega a la idea del absurdo: el mal es un medio para escapar del tedio, del hastío, de la mediocridad y de la inmovilidad.
· junio de 1857: publica Las flores del mal;
· al mes siguiente la policía requisa la edición y Baudelaire es convocado por el juez. El Tribunal condena al poeta y a su editor exigiendo el pago de una multa y la supresión de seis poemas.
· 1861: aparece la segunda edición y con ella la estructura y el ordenamiento definitivo.
· Rasgo esencial de la obra: está concebida como una totalidad, como una estructura en la que cada poema vale por sí mismo pero además por su relación con el conjunto. Se destaca la "arquitectura secreta", "la fuerte unidad".
· Se divide en seis secciones después de un poema, "Al lector" que funciona como introducción:
i) "Spleen e ideal": aparece con claridad el punto de partida de la obra. El poeta aparece alternativamente atraído por el ideal y el tedio, por la grandeza de las aspiraciones del hombre y por sus miserias.
ii) "Cuadros parisinos": deja de buscar en sí mismo y se transforma en un testigo en las calles de la gran cuidad, en París. Descubre en el mundo exterior el reflejo del problema esencial de la condición humana, el mal.
iii) "El vino": presenta un intento de salida hacia "paraísos artificiales", la embriaguez y el sueño.
iv) "Las flores del mal": el fracaso de lo anterior lo lleva al hundimiento en el vicio y en el mal. Aparece la voluntad de destrucción. Se hunde en la depravación y la perversión para extraer de ahí su poesía como último recurso frente al hastío.
v) "La rebelión": como consecuencia de lo anterior y ante la desesperación el hombre se rebela contra la vida y la divinidad.
vi) "La muerte": constituye la aspiración al reposo, al hundimiento en lo desconocido pero con la esperanza de encontrar alguna salida. Es el comienzo de un gran "viaje" más allá de la vida, hacia lo "nuevo".
· Esta estructura de su obra responde a una voluntad del poeta de presentar el itinerario de una vida humana que buscó una salida hasta el fin.
· Baudelaire señala que "el único elogio que pido para este libro es que se reconozca que no es puro álbum, que tiene un comienzo y un fin".
· Este plan orgánico testimonia el alejamiento de Baudelaire del romanticismo cuyos libros de poesía eran compilaciones que seguían un orden meramente cronológico.
Al lector
La estupidez, el error, el pecado, la angurria,
ocupan nuestras almas, trabajan nuestros cuerpos,
y alimentamos nuestros blandos remordimientos,
como los pordioseros nutren a sus gusanos.
Nuestros pecados, tercos; nuestro arrepentir, débil;
con creces nos hacemos pagar las confesiones,
y volvemos alegres al camino fangoso,
creyendo nuestras manchas lavar con viles lloros.
En la almohada del mal es Satán Trimegisto,
quien largamente acuna nuestro encantado espíritu,
y el precioso metal de nuestra voluntad
íntegro lo evapora este sabio alquimista.
¡Es el diablo quien tiene los hilos que nos mueven!
Atractivo encontramos en cosas repugnantes;
cada día al infierno descendemos un paso,
sin horror, a través de tinieblas que apestan.
Cual pobre depravado que besa y que devora
el seno flagelado de una antigua ramera,
robamos al pasar un placer clandestino
que muy fuerte exprimimos como naranja vieja.
Apretado, hormigueante, como un millón de helmintos,
un pueblo de demonios se harta en nuestros cerebros,
y cuando respiramos,
baja, invisible río, con apagadas quejas.
Si el estupro, el veneno, el puñal, el incendio,
no bordaron aún con graciosos dibujos
el banal cañamazo de nuestro ruin destino,
¡ay! Es que nuestra alma no es lo bastante atrevida.
Pero entre los chacales, las panteras, las perras,
los buitres, las serpientes, los monos y escorpiones,
los monstruos gruñidores, aullantes trepadores,
en el infame circo de nuestros propios vicios,
¡hay uno que es más feo, más malo, más inmundo!
Aunque no gesticule y ni gritos profiera,
haría con placer de la tierra una ruina
y en medio de un bostezo se tragaría al mundo;
¡Es el tedio! -Los ojos cargados de un llanto involuntario,
él sueña con patíbulos, mientras fuma su pipa.
¡Tú conoces, lector, al monstruo delicado,
-hipócrita lector-, -mi prójimo-, -mi hermano!
Una carroña
Recuerda aquel objeto que vimos, alma mía,
una suave mañana estival:
al codo de un sendero, una carroña infame
en un lecho sembrado de piedras,
con las piernas al aire, como una mujer lúbrica,
ardiendo y sudando venenos,
abría de una manera despreocupada y cínica
su vientre de exhalaciones pleno.
El sol resplandecía sobre esa podredumbre,
como para cocerla a punto,
y devolver por céntuplo a la Naturaleza
todo lo que junto reuniera.
Y el cielo contemplaba la soberbia osamenta
que se abría como una flor.
Tan fuerte era el hedor, que allí sobre la hierba
te creíste desvanecer.
Las moscas bordoneaban sobre ese vientre pútrido,
y salían negros ejércitos
de larvas que corrían como un espeso líquido
por esos vivientes jirones.
Todo eso bajaba y subía en una ola,
se abalanzaba crepitando;
dijérase que el cuerpo, lleno de un soplo vago,
vivía multiplicándose.
Y ese mundo emitía una música extraña,
del agua que corre y el viento,
o el grano que un labriego con movimiento rítmico,
agita y vuelve en su tamiz.
Las formas se borraban y no eran más que un sueño,
un esbozo lento en venir
a la tela olvidada, y que el artista acaba
solamente por el recuerdo.
Por detrás de las rocas, una perra intranquila
nos miraba con ojo airado,
espiando el momento de arrancar del cadáver
el trozo que había lamido.
-¡Sin embargo serás como ese desperdicio,
como esa horrible infección,
estrella de mis ojos y sol de mi universo,
tú, ángel mío, mi pasión!
¡Sí! Así serás tú, oh reina de las gracias,
después del postrer sacramento,
cuando vayas, bajo hierba y florescencias fértiles,
a enmohecerte entre los huesos.
¡Entonces, mi belleza, diles a los gusanos
que con besos te comerán,
que he guardado la forma y la esencia divina
de mis amores descompuestos!
Perfume exótico
Con los ojos cerrados, en la noche otoñal,
respirando el aroma de tu cálido pecho,
sucederse contemplo las riberas felices
que un monótono sol deslumbra con sus fuegos;
Da la naturaleza en la isla perezosa
árboles singulares y frutos sazonados;
los hombres tienen cuerpos delgados, vigorosos,
las mujeres ojos que en su franqueza asombran.
Guiado por tu aroma hacia encantados climas,
veo un puerto repleto de velas y de mástiles,
fatigados aún por las olas del mar,
en tanto que el perfume de verdes tamarindos,
circulando en el aire distiende mi narina,
y en mi alma se confunde con cantos de marinos.